Muchos sostienen que Sicilia es una isla; lo afirman los navegantes desde la Antigüedad, lo indican los mapas y lo muestran las fotos que periódicamente toman los satélites. Pero acaso no sea cierto, acaso Sicilia, como isla, no exista...
La cultura siciliana presenta la característica particular de encontrarse en una órbita excéntrica respecto a la realidad italiana. De ahí que la mayoría de las veces se exprese como realidad singular que aúna el fatalismo del conde de Lampedusa y sus pañuelos perfumados con bergamota, los personajes enmascarados de Pirandello, el ojo clínico de Sciascia, así como la lucha épica de un hombre solo, Giovanni Falcone, contra la temida Cosa Nostra.
Fatalismo, ensueño, poder, Sicilia es un lugar donde el mar, la historia y los hombres han forjado una sensibilidad única. Así lo testimonian los numerosos nombres que hicieron y hacen de Sicilia una tierra de cultura, de «alta densidad literaria».