Sobre la libertad de expresión suelen escribirse puntillosas disquisiciones legales o atemorizadas recomendaciones de prudencia, muy dentro de lo políticamente correcto. De modo que el vehemente librito –panfleto, en el mejor sentido del término–Nada es sagrado, todo se puede decir de Raoul Vaneigem, resulta estimulante y se hace simpático. Fernando Savater
Raoul Vaneigem ... sigue siendo el más destacado representante de la extinta Internacional Situacionista. ... Nada es sagrado, todo se puede decir arranca de un propósito fácil de compartir: la libertad de expresión es «hija del librecambio y de la libre circulación de los bienes y de las personas». ABC / Las Artes y las Letras
... lúcido alegato ... Su lectura adquiere nuevo interés a raíz de las polémicas caricaturas de Mahoma. El Periódico / Libros
Con un texto refrescante, Vaneigem se nos muestra lúcido, como siempre, desinhibido y en la tradición de los grandes pensadores no oscurantistas. Además, con un estilo sencillo y accesible para todo el mundo. Pura cordura. Avui / Opinió
Una obra para disfrutar ... Altamente recomendable. El Triangle
… interesante opúsculo … La abolición del delito de opinión, la protección de la infancia, la incitación al asesinato, la calumnia, la pornografía, son tratados con la contundencia y finura del cirujano. El Viejo Topo
… un libro esencial en cuanto reclama el rechazo de las teodiceas que se perpetúan a través del control de los discursos ... Archipiélago
Un discurso, en definitiva, emocionado y emocionante, que viene muy a cuento en esta sociedad hipercontrolada. El Confidencial
... el autor defiende y argumenta con sencillez, concisión y lucidez ... Syn@psis
En un mundo vivido como espectáculo y consumo, nada es más subversivo que la libertad, que todavía se sitúa más allá de lo que somos capaces de decir sobre ella, y que escapará siempre a la irrefrenable mercantilización a la que todo acaba sometido. Santiago Caneda Lowry en «Barbarie civilizatoria», reseña de Liberdades
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